Nuestra Señora en su paso de palio en los primeros años del siglo XX

Inmenso es el valor documental de la fotografía que hoy traemos a nuestro Rincón de la Fototeca. Una verdadera joya que nos muestra el paso de palio de Nuestra Señora de las Lágrimas en los primeros años del siglo XX; se trata pues de una de las imágenes más antiguas conservadas del mismo.

Recién iniciado el siglo XX

Ante nuestros ojos se despliega una nítida visión del paso de palio en el interior de la iglesia de Santa Catalina, parece que situado en la nave de la Epístola, de espaldas a la capilla de nuestros Sagrados Titulares, que asoma tímidamente entre la cera de la candelería.

Dos elementos principales son los que nos ayudan a fechar la instantánea en los primeros años del siglo XX. Por un lado, el conjunto del techo de palio (1902) y las bambalinas (1903) diseñado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda y bordado en su taller para Nuestra Señora de las Lágrimas, una obra de estilo neobarroco, mixtilíneo, con claro sabor del recién abandonado siglo XIX. Por otro lado, el rostro inconfundible de nuestra Bendita Madre de las Lágrimas: sabemos que la fotografía debe ser anterior a 1913, año en que fue bendecida la imagen de procedencia malagueña que procesionó hasta 1932. Sin duda la imagen fue tomada en los mismos años que la conocida fotografía de la salida del paso de palio que ya hemos tratado en varias ocasiones en el Rincón de la Fototeca.

La fotografía parece tomada antes de la salida procesional puesto que la cera, fina y muy alta como se caracteriza en esta época, aparece aún sin consumir. Solo ocho candeleros -los más próximos a la Santísima Virgen- están encendidos, entendemos que para iluminar su bendito rostro en el momento de tomar la instantánea. A efectos de la candelería llama asimismo poderosamente la atención el diseño y disposición de las flores de cera que exornan el paso: dos altísimas y esbeltas velas rizadas escoltan a Nuestra Señora mientras en las tandas inferiores aparecen otras cuatro, más recortadas y centradas a sus plantas, no en los extremos, consiguiendo en su conjunto enmarcar de una manera bellísima la sagrada presencia de la Santísima Virgen de las Lágrimas y dirigir eficazmente todas las miradas hacia Ella.

Eterna Virgen de las Lágrimas

La claridad de la fotografía nos permite ampliarla sin perder detalle, sobrecogiéndonos ante la visión centenaria de Nuestra Señora de las Lágrimas. En más de un siglo ha cambiado su ajuar, el gusto a la hora de ataviar a las Sagradas Imágenes, la forma de exornar los pasos de palio… Pero Ella no.

Cubierto su rostro por un tocado pequeño y suelto al gusto del momento, la Santísima Virgen es coronada por una presea de estilo decimonónico representada en litografías y grabados de la época pero no conservada en la actualidad. Al igual que la corona, de la que cuelgan hasta perlas, el pecherín aparece enjoyado con varias piezas, entre las que resalta un gran puñal clavado en su pecho y lo que parece una gargantilla asomando de su cuello.

Llama la atención la posición de la mano derecha de la Virgen, en la que porta el pañuelo para contener sus lágrimas: curiosamente elevada hacia su rostro, parece secar su llanto.

En lo referido a la vestimenta, la Santísima Virgen de las Lágrimas viste la saya que aún conserva en su ajuar sobre soporte de terciopelo azul oscuro y con severas modificaciones en su diseño; y que podría tratarse de la saya estrenada en 1874 obra de Teresa del Castillo, originalmente bordada sobre terciopelo morado, según relata el historiador D. José Bermejo Carballo en su libro «Glorias Religiosas de Sevilla” (1882).

El manto de ‘las estrellas’ de Teresa del Castillo

A juego con esa saya se estrenó ese mismo año de 1874 un rico manto bordado en oro sobre terciopelo azul, igualmente obra de Teresa del Castillo. Uno de los detalles más característicos de este diseño de la insigne bordadora eran las estrellas de diferentes tamaños que se extendían por todo el dibujo del mismo, aunque en la fotografía apenas podamos apreciarlo.

Este manto acabó en posesión de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima del Socorro de la localidad de La Palma del Condado al estrenar nuestra Hermandad el actual manto de Hijos del Olmo en 1919.

Otros detalles

La nitidez de la fotografía nos permite apreciar con claridad las antiguas piezas de orfebrería del paso de palio. Destaca poderosamente el friso de lo que parecen pequeños angelitos en la delantera del paso. Asimismo vemos los platillos de cristal en cada uno de los candeleros, prestos para recoger la cera caída una ve encendida, antiquísima tradición que actualmente solo el paso de palio de Nuestra Señora de las Lágrimas conserva en la Semana Santa de Sevilla.

No se aprecia exorno de flores naturales, si bien es posible que aún no hubieran sido colocadas al encontrarse aún lejano el día de salida.

Agradecimientos

Nuestra Hermandad desea agradecer al Boletín de las Cofradías y a su director, D. Rafael Jiménez Sampedro, la generosa cesión de este valioso documento gráfico que enriquece sobremanera el archivo histórico de nuestra corporación y nos ayuda a conocer más acerca del pasado de nuestra Cofradía y nuestros Sagrados Titulares.