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Hermandad de

La EXALTACIÓN

PASO DE MISTERIO

El paso de misterio del Santísimo Cristo de la Exaltación es uno de los más antiguos que procesionan en la Semana Santa de Sevilla, desde el siglo XVII. Muy reconocido por sus grandes dimensiones, el conjunto concentra verdaderas obras de arte de la imaginería, la talla y la orfebrería, ejecutadas por artistas de prestigio; algunos fundamentales en la Historia del Arte, como Luisa Roldán ‘La Roldana’. 

APROXIMACIÓN HISTÓRICA

En 1678 nuestra Hermandad firma el contrato de ejecución del paso de misterio con los maestros escultores Luis Antonio de los Arcos y Cristóbal de Guadix. La composición original del misterio -o al menos la que ha llegado hasta nosotros a través de diferentes representaciones gráficas- coincide notablemente con lo descrito en el documento y a pesar de lo que muchos piensan, no difiere tanto de la actual.

Con fecha 13 de junio de 1678 queda firmado el mencionado contrato ante el escribano público D. Jacinto de Medina, siendo fiador el arquitecto D. Bernardo Simón de Pineda. Haz clic en el botón para acceder a la trascripción de este interesante documento.

Aunque el contrato lo firmen de los Arcos y de Guadix, resulta evidente la presencia de Pedro y Luisa Roldán. Era bien conocida la demora en entregas de los primeros por lo que no es de extrañar que tuvieran que intervenir. Los personajes que componen ante nuestros ojos la escena de la Crucifixión del Señor presentan rostros toscos, mostrando fealdad e incluso enfado; recurso muy común para contraponer su maldad a la bondad y misericordia infinita de Jesucristo. Dos imágenes del misterio se desmarcan de manera evidente de la línea artística del conjunto llevándonos a Luisa Roldán (La Roldana). Conocidos como «los mejores ladrones de Sevilla», por la belleza de su modelado, sus formas y movimiento han sido catalogados por un gran número de expertos como unas de las mejores figuras secundarias de nuestra Semana Santa.

Tenemos constancia de tres restauraciones del misterio: 1901 por Emilio Pizarro, 1960 por Ricardo Comas y en 2009-2010 por Pedro Manzano. A la segunda corresponde la actual composición del mismo, modificando algunas figuras, eliminando otras y sustituyendo dos. La composición anterior a 1960 era similar a la actual: dos sayones tiraban de cuerdas para alzar la cruz mientras otro la sostenía en su base y otro sujetaba una escalera. En la trasera, dos romanos a caballo. Además la Cruz del Señor iba ligeramente más tumbada. La mayor diferencia estaba en la delantera del paso donde aparecían otros dos sayones, uno portando la sentencia y el característico sayón de la trompeta.

IMÁGENES SECUNDARIAS Y COMPOSICIÓN ACTUAL

En 1960 nuestro hermano Ricardo Comas acomete una remodelación del misterio reubicando algunas imágenes en el paso y eliminando dos sayones que por su estado de conservación eran irrecuperables, entre ellos el de la trompeta. En esta intervención también son sustituidas las tallas de los caballos, carentes de expresividad y movimiento, por dos de nueva hechura obras de Juan Abascal que sí aportan viveza a la escena representada.

 

La composición por tanto queda tal como la conocemos. En la delantera del paso dos sayones tiran con esfuerzo de las cuerdas atadas a los brazos de la Cruz elevando el Santo Madero, exaltando a Cristo. En medio del paso, alzándose como centro de todo, Cristo Exaltado, mientras a sus pies otros dos sayones ayudan a levantar la Cruz. Junto al Santo Madero, maniatados esperando su turno para ser crucificados a cada lado del Señor, Dimas y Gestas, las magníficas tallas de la Roldana. Y en la parte posterior, completando la composición y la característica visión trasera del paso, los dos equinos; un soldado romano, lanza en mano, a pie; y el centurión a caballo portando la sentencia. Como curiosidad, esta sentencia, aunque enrollada en un pergamino y cerrada con cinta de seda roja y cantoneras de madera dorada, está perfectamente escrita y decorada en su interior.

 

Curiosamente, durante los primeros años tras la remodelación de 1960 los ladrones no fueron exactamente en el lugar actual, sino separados y girados, como se aprecia en muchas fotografías de la época.

CANASTILLA Y RESPIRADEROS

La canastilla del paso de misterio fue estrenada el Jueves Santo de 1902, 27 de marzo, y realizada por talleres de José Gil y Cía. El canasto, en estilo neobarroco y alumbrado por candelabros dorados de guardabrisas, fue adaptado para alojar las ocho cartelas y los cuatro ángeles pasionistas de finales del siglo XVII procedentes de los anteriores pasos. En el diseño de la canastilla destaca su rica ornamentación y la presencia de columnas salomónicas.

Por su parte los respiraderos son obra del tallista José García Roldán en 1930. De estilo neobarroco y talla dorada, fueron en su momento calificados de maravillosos, magníficos y admirables, y se dijo de ellos que «dorados y policromados son una verdadera joya de arte, un bello alarde de la talla en madera».

Ha llegado hasta nuestros días testimonio gráfico de los anteriores respiradores usados hasta 1929, y realizados en 1911 por los talleres de José Gil y Compañía, al igual que el canasto.

Gracias a diversos testimonios documentales a lo largo del siglo XIX sabemos que existieron varios canastos anteriores al actual. De esta manera, en 1827 se estrena un nuevo paso de estilo neobarroco, con columnas y recuadros tallados, en cuyas esquinas aparecen pequeñas capillas con cúpulas de media naranja que acogen a los cuatro Evangelistas. En el canasto, limitadas entre ellas por columnas aparecen las cartelas de la Roldana. Sabemos igualmente que este canasto sufrió una renovación posterior en el año 1865 a manos del profesor José Díaz, que sustituyó las cuatro capillas de las esquinas del canasto por pinturas de escudos de órdenes religiosas.

 Más tarde, en 1885, se menciona el estreno de unas nuevas andas realizadas por José Roldán, de líneas rectas con pilastras y tableros tallados, incorporando de nuevo las cartelas roldanescas. Gracias a la existencia de litografías y grabados decimonónicos, podemos conocer el aspecto del paso en estos años.

CARTELAS Y ÁNGELES PASIONISTAS DE LA ROLDANA

El conjunto de ocho relieves que aparece en la canastilla del paso de misterio supone algunas de las grandes joyas del patrimonio de nuestra Hermandad. Las ocho piezas están fechadas en el último cuarto del siglo XVII, como el resto de la imaginería del paso, y son ciertamente atribuidas según la gran mayoría de expertos a la gubia de Luisa Roldán, la Roldana.

 En lo que respecta a las cartelas, se trata de un conjunto de ocho piezas ejecutadas en madera de Cedrella, dorado, estofado y policromado al óleo; que representan diferentes escenas de la Pasión de Nuestro Señor: Jesús es flagelado, Camino del Monte Calvario, Humildad y Paciencia o Despojado de sus Vestiduras, Crucifixión, Exaltación de Jesús en la Cruz, Juego de la túnica, El descendimiento y Traslado al Sepulcro.

Impresiona la capacidad de Luisa Roldán para dotar de volumen y espacialidad a las cartelas jugando con la profundidad de los relieves y diferenciando los distintos planos de las escenas.

Sin embargo, una de las cartelas, “Camino del Monte Calvario”, presenta una discontinuidad en el nivel de ejecución y estilo, por lo que se estila que a pesar de ser de la misma época, fue ejecutada por un autor diferente. Muchos estudiosos señalan que podría haber sido ejecutada por Luis Antonio de los Arcos.

Entre 2009 y 2010 fueron restauradas por las expertas manos del restaurador Pedro Manzano. A pesar de mantener la policromía original, nunca habían sido restauradas, por lo que dicha intervención supuso el redescubrimiento de las mismas.

Impresiona la capacidad de Luisa Roldán para dotar de volumen y espacialidad a las cartelas jugando con la profundidad de los relieves y diferenciando los distintos planos de las escenas. Por ésta y otras muchas razones se tratan, a razón de los expertos, de una de las grandes joyas de nuestro patrimonio, obras dignas de ser expuestas en un museo.

 

Entre 2009 y 2010 fueron restauradas por las expertas manos del restaurador Pedro Manzano. A pesar de mantener la policromía original, nunca habían sido restauradas, por lo que dicha intervención supuso el redescubrimiento de las mismas.

Impresiona la capacidad de Luisa Roldán para dotar de volumen y espacialidad a las cartelas jugando con la profundidad de los relieves y diferenciando los distintos planos de las escenas. Por ésta y otras muchas razones se tratan, a razón de los expertos, de una de las grandes joyas de nuestro patrimonio, obras dignas de ser expuestas en un museo.

 

 

En el caso de los ángeles mancebos de la Hermandad, aunque influenciada por el estilo de su padre, Pedro Roldán, se puede argumentar de manera contundente su autoría por parte de Luisa, aunque parece ser que fue el marido de Luisa, Luis Antonio, quien se encargó de la encarnadura y el estofado de los mismos. De cualquier manera, Luisa los dotó de una reconocible delicadeza que los acerca a lo femenino.

Durante el año los cuatro ángeles pasionistas permanecen en el altar de Nuestros Amantísimos Titulares en la capilla de la Hermandad, y son frecuentemente usados en el montaje de los distintos altares de Culto.

 

No menos valiosos son los cuatro ángeles que rematan las cuatro esquinas de la canastilla del paso de misterio. Como las cartelas, estas imágenes son atribuidas a Luisa Roldán, La Roldana, y fueron realizadas en el último cuarto del siglo XVII para acompañar al resto de figuras del paso de misterio. Son ángeles pasionistas pues cada uno porta un atributo de la Pasión de Jesús en sus manos (corona de espinas, clavos, tenazas y martillo).

De su ejecución podríamos destacar el ondulante movimiento de sus cabellos, tan característicos de la escuela roldanesca, así como sus equilibradas proporciones anatómicas. Además, ricos son sus estofados, que podemos ver en todo su esplendor gracias a la última restauración llevada a cabo por Pedro Manzano en 2008. Todos tienen una altura de 76cm y están realizados en madera de Cedrella, dorados, estofados y policromados al óleo.

En la época que se ejecutaron los ángeles existía la controversia del aspecto varonil o femenino de estos. Dadas las opiniones contrarias en este tema, parece ser que la mejor solución era representarlos en edad juvenil siguiendo la opinión de San Dionisio.

ORFEBRERÍA

Dentro de la orfebrería del paso de misterio podemos destacar el llamador. Es una obra realizada en metal dorado, presentando una custodia portada por querubines, como muestra del fervor eucarístico de los hermanos de esta corporación y por su carácter sacramental.

El diseño del mismo corrió a cargo de Ricardo Comas, que usó el mismo modelo para la base del llamador tanto en el palio como en el misterio, invirtiendo los roleos en uno y otro. La ejecución fue de Villareal en 1971.