Bello es el rostro de la luz, abierto
sobre el silencio de la tierra; bello
hasta cansar mi corazón, Dios mío.
Indescriptible la belleza y la dulzura de Nuestra Señora de las Lágrimas en esta maravillosa fotografía de mediados del siglo XX que nos muestra un detalle de su bendito rostro cubierto exclusivamente por una mantilla blanca.
Llegan los días más especiales del año junto a Ella.
Dulce Virgen de las Lágrimas, ruega por nosotros.