(artículo publicado en el boletín Exaltación nº 95, octubre 2015)

La interesantísima fotografía que traemos hoy rebosa sabor, aunque aún suscita dudas en cuanto a la fecha y lugar exactos en los que fue tomada. Podemos fecharla en un período seguro entre 1902 (cuando nuestros hermanos nazarenos comienzan a vestir las túnicas de alpaca morada, como en la foto) y 1921 (cuando se estrenan los nuevos respiraderos del paso de palio y se reforman las caídas de las bambalinas con la confección de un juego de flecos y cordones de bellota de oro entrefino, ambos obra del taller de Hijos de Miguel de Olmo). En la imagen el paso de palio todavía no muestra estas reformas, por lo que aún conserva el estado original de la obra de D. Juan Manuel Rodríguez Ojeda de 1903.

Por otro lado, dado que nos es imposible distinguir el rostro de la Virgen, no podemos saber si se trata de la primitiva Virgen de las Lágrimas, Nuestra Amantísima Titular, o la imagen que procesionó entre 1914 y 1932.

El lugar desde el que fue tomada esta instantánea tampoco está nada claro. Con cierta seguridad podemos situarla en nuestro barrio de Santa Catalina, posiblemente en el entorno de la actual calle Almirante Apodaca. Los cambios urbanos a lo largo de los últimos ochenta años han sido tales que no nos permiten identificar con claridad el punto exacto en el que situar esta bellísima estampa.