Con motivo del comienzo esta noche de los Solemnes Cultos en honor al Santísimo Cristo de la Exaltación hoy traemos al Rincón de la Fototeca esta preciosa fotografía de un altar de Quinario de mediados del pasado siglo XX.

Majestuoso, el Señor se eleva sobre una cascada de cera encendida, mientras a sus pies, en los cuerpos inferiores de la estructura, la Santísima Virgen y San Juan completan la bellísima escena del Calvario.

En esta poderosa estampa nos llama llama la atención el dosel que enmarca a las Sagradas Imágenes. Las piezas que lo cierran a modo de arbotantes se tratan de los antiguos respiraderos del paso de misterio, obra del taller de José Gil y Compañía en 1911, sustituidos en 1930 por los actuales realizados por el tallista José García Roldán.

La Cruz del Santísimo Cristo de la Exaltación luce el juego de remates de plata, los más antiguos de su ajuar, anónimos del siglo XIX; mientras el Señor porta el juego de potencias de plata sobredorada, anónimo y datado a finales del siglo XIX o primeros años del XX. Por su parte, Nuestra Amantísima Madre de las Lágrimas se nos muestra coronada por la magnífica presea que para Ella se labrara en el taller de Seco Imberg en 1938. Viste la saya de Hijos del Olmo y el manto de la Virgen del Rosario de Santa Catalina, cubierto por una mantilla a modo de toca que parece la pieza de tul de algodón con bordados en oro y perlas que conserva Nuestra Señora en su ajuar.

Si centramos nuestra atención en los detalles, descubrimos que la orfebrería usada en el montaje del altar (jarras, candeleros, ciriales…) no es la actual, estrenada en los primeros años de la década de los 60, lo que nos ayuda a acotar la fotografía en los años 40 ó 50 del pasado siglo. Igualmente, debemos destacar el curioso uso de macetas y plantas a modo de exorno a los pies del altar.

Estos días, como cada mes de febrero desde hace siglos, los hermanos y hermanas de Santa Catalina nos reuniremos para rendir solemne culto a nuestro Cristo de la Exaltación.